domingo, 31 de mayo de 2009

Hay cosas que se van, pero cosas que vienen, cosas que encontras y otras cosas que se pierden. Perdí para encontrarte, tan inusual como yo, pretendiendo ser uno más, disimulando ser lo. Uno diferente en un millón. Vos Santiago. La luz de mis ojos. Apareciste en el momento justo. Yo triste, por un adiós. Fingiendo ser feliz. Porque el cuento de hadas se rompía. Y la princesa ya nunca más los sería. Podía sentir como el corazón se me partía en trozos y como se me agotaban las fuerzas para sonreír. Los días interminables. Las lágrimas me rebalsaban el alma. Los sueños, eran solo eso, sueños. Y mi mejor amiga, la que nunca me fallaba era ella; soledad. Pero apareciste vos, y me ensañaste todo. Que no podrían conmigo si la esperanza estaba latente, que era eso, me estaban arrancando la nena que había sido, me anclaban las alas, aquellas que solía desplegar para volar más alto que nadie. Esa nena ya no era tan nena. Esos caminos eran más largos, y estaba sola. Pero tus ojos me salvaron de donde nadie más me podría sacar, la nada misma. Me diste sueños, alas, fuerzas, amor, ya nadie podría disparar y matarme por dentro, por que estábamos juntos, y entre los dos no eramos solo un par de amigos. Date cuenta; somos invensibles, somos diferentes pero tan iguales a todos, odiamos al mundo y no nos damos cuenta que quizás este nos odie por lo mismo, no tenemos motivos, pero si a nosotros. Sos lo más hermoso que me paso en la vida amigo, mejor amigo. Por que hoy sin vos, no sería yo. No estaría acá. No me miraría y diría, vale la pena el mañana. Te amo como jamás ame a nadie. Y no dudes que cuando estés en el piso me voy a tirar a levantarte. No dudes de vos. Sos lo más increíble que nunca tuve. Gracias por existir y darme un motivo para estar viva. Sos mi vida. No te cambio por nada. No te cambio por nadie. Te amo con todo lo que soy.

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